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La Voz de la Diáspora: Los venezolanos alzamos la voz

El domingo 6 de diciembre el bullicioso silencio del pueblo ausente de los centros electorales fue un rechazo contundente al régimen de Nicolás Maduro

Por LUIS CORONA, PACIANO PADRÓN

La invitación a alzar la voz, en Consulta Popular, encontró oídos prestos. “Gloria al bravo pueblo”. Las palabras iniciales de la letra del Himno de Venezuela se han hecho carne y vida una vez más; los venezolanos -siempre superiores a sus líderes- han actuado de manera clara y contundente en los últimos días, mandando un mensaje indubitable a quienes dirigen y pretenden seguir dirigiendo la lucha por la libertad y la democracia. Que el liderazgo escuche, el pueblo alzó la voz.

El domingo 6 de diciembre el bullicioso silencio del pueblo ausente de los centros electorales, donde el régimen fraguaba el fraude, fue un rechazo contundente a Maduro y al crimen organizado que le acompaña; ni siquiera un 10 % de los inscritos en el Registro Electoral fueron a votar y el régimen, multiplicando votos en su acción fraudulenta, logró decir “oficialmente” que había sufragado el 30.5 % de los electores, dándole al PSUV 253 de los 277 diputados, algo más del 91 %, dejando la migaja de 24 representantes a la “oposición” que el régimen creó a su medida. Este contundente rechazo al fraude no lo afectó la amenaza de más hambre para quienes estuvieran ausentes de las mesas electorales. El glorioso bravo pueblo mantuvo su decisión gallarda, valiente y digna, rechazó la dictadura, su hambre, sus crímenes y su corrupción.

El silencio se convirtió en presencia activa del 7 al 12 de diciembre, cuando el pueblo levantó su voz en la Consulta Popular, y más de siete millones de venezolanos nos expresamos en el mundo, rechazamos el fraude del domingo 6, exigimos la salida de Maduro y la convocatoria de elecciones libres, así como el necesario respaldo y acompañamiento de la comunidad internacional para rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad.

El pueblo hizo lo que le correspondía hacer, arriesgó, apostó a la libertad y dio un mandato claro. El liderazgo democrático y opositor al régimen dictatorial debe estar a la altura y actuar con unidad de propósito, en un plan común que nos conduzca a la democracia.

La primera tarea del liderazgo democrático es encontrarse, lo que significa reunirse y reconocerse con sus propósitos y particularidades, analizar y discutir fraternalmente la estrategia y tácticas para hablar con una sola voz y punto final al agotado régimen de Maduro, que está pataleando desde hace ya largo tiempo y no termina de morir; solo desaparecerá cuando seamos capaces de actuar todos juntos, con una sola estrategia y una sola conducción.

Es absolutamente pertinente y oportuno recordar a Miguel Otero Silva quien, a un año de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1959, dijo y tal vez podría repetirse hoy: “En tanto que los partidos separados por grietas y abismos cavados al fragor de divergencias anteriores, se mantuvieron combatientes desde trincheras individuales, cada uno con su táctica, cada uno con sus propósitos, mirando de reojo al aliado como si fuera un adversario, tan solo lograron llenar las cárceles con sus dirigentes más capaces y ofrendar la vida de sus capitanes más decididos”.

La unidad de propósito y acción nos debe llevar a encontrar el respaldo solidario de la comunidad internacional, su acompañamiento indispensable hoy para rescatar nuestra democracia, y para que Venezuela deje de ser una amenaza para la estabilidad del Continente. Requerimos de la asistencia de la comunidad internacional para atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad. Desde VenAmérica no descansaremos hasta el logro de este propósito.

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