Las dictaduras sí caen
Por Paciano Padrón*
El año 2024 se presenta como una oportunidad para encender la llama de la libertad en nuestras acciones diarias, es una invitación a unirnos por un futuro mejor.
De que caen, caen. La historia nos da la razón, no obstante algunas parece que no concluirán nunca, pero caerán al concretarse las condiciones que permitan torcerle el brazo al dictador. La de Cuba lleva 67 años y la de Venezuela ya completó un cuarto de siglo. Estas reflexiones vienen a propósito de este 23 de enero, cuando se cuentan 66 años de la caída de la penúltima dictadura en Venezuela, la del general Pérez Jiménez.
¿Cuándo caen las dictaduras? Cuando las circunstancias se dan, cuando las fuerzas opositoras son capaces de unirse y trabajar juntas, cuando la dirigencia democrática supera los egos y personalismos. Eso aconteció el 23 de enero de 1958, el pueblo y las Fuerzas Armadas salieron a la calle de manera decidida, el dictador huyó y luego de una transición, se abrió un período de 40 años, de ocho quinquenios sucesivos con presidentes democráticos, que dio como resultado una transformación política, social y económica sin precedentes en el país, habiendo tenido al final una etapa de desgaste, que no supo ser atendida, abriéndosele paso a la demagogia populista del comunismo, al que se le compró la mentira de la revolución bolivariana, luego llamada socialismo del Siglo XXI, vale decir, el comunismo desastroso de siempre, con nuevo nombre pero idéntico resultado: destrucción, hambre y muerte.
La semana pasada, con motivo de este 23 de enero, VenAmérica organizó el Foro “La diáspora venezolana a la conquista de la libertad”, en el que los participantes, particularmente los ponentes, Enrique Aristeguieta Gramcko, miembro de la Junta Patriótica que coordinó las luchas que acrisolaron el 23 de Enero, el profesor e historiador Naudy Suárez y el destacado político Raúl Leoni, no solo se refirieron al esfuerzo conjunto del pueblo y a la superación de los proyectos individuales para lograr el objetivo, sino que tendieron una mirada al presente y futuro venezolano. Se analizó el esfuerzo que desde la diáspora (hoy en mejores condiciones y con herramientas a la mano que antes no se tenían), puede hacerse y se está haciendo, para cooperar desde afuera con la libertad de Venezuela; tenemos algunas ventajas comparativas con quienes están en el país, vamos a aprovecharlas en beneficio común.
“2024 año de libertad”, así lo declaró formalmente hace pocos días VenAmérica, ONG defensora de los derechos humanos y de la democracia, debidamente registrada en los Estados Unidos; esta proclama va más allá de las fronteras políticas, económicas o religiosas, abarca la independencia individual, “de allí nuestra invitación a cada individuo a comprometerse personalmente con la causa, a ser parte activa de este movimiento hacia una sociedad más justa y equitativa”.
El año 2024 se presenta como una oportunidad para encender la llama de la libertad en nuestras acciones diarias, es una invitación a unirnos por un futuro mejor, a encender los motores del cambio, en este año electoral en Venezuela, en el que es evidente que la dictadura de Maduro no quiere medirse con la fuerza indetenible de una mayoría fatigada de demagogia, mentira y destrucción, de robo sin límite de los bienes públicos, con el consecuente empobrecimiento de nuestro pueblo.
La lucha hoy es por arrinconar la dictadura y generar presión nacional e internacional. Este es un año de mucha acción, de firmeza y de lucha unitaria que, si mantenemos hasta el final, alcanzaremos la libertad, como afirma María Corina Machado, ahora abanderada del cambio.
Las dictaduras sí caen, las condiciones no se dan solas, se construyen. Bienvenido este 23 de enero que nos permite recordar que la unidad del pueblo en propósito y acción, nos lleva indefectiblemente al camino de la libertad.
*Presidente de VenAmérica