CUBA TRIUNFÓ SIN DISPARAR UNA SOLA BALA. Chávez y Maduro entregaron la soberanía de Venezuela
Palabras de Paciano Padrón, en el Foro “Consecuencias de la ocupación de Venezuela por Cuba”.
Miami, 30 de octubre de 2024
Gracias, en nombre de VenAmérica y en el mío propio, por invitarnos a participar en este encuentro.
Machurucuto fue un fracaso para Fidel. En 1967, Fidel Castro organizó y financió el desembarco en Machurucuto de un grupo de hombres venezolanos y cubanos que, con armas en la mano, iban a reforzar la subversión contra la naciente democracia venezolana; Machurucuto está en la costa del estado Miranda, cercano al cerro El Bachiller, donde operaba un combativo frente guerrillero. Fidel fracasó estrepitosamente en ese y otros intentos armados para controlar a Venezuela, lo derrotó el glorioso ejército venezolano, el de la libertad de un continente. No obstante, Fidel triunfó luego sin que fuera disparada una sola bala: Chávez y Maduro entregaron la soberanía nacional.
Contrariando la historia, ni una sola bala se disparó.
La ocupación de un país por otro está ligada a guerras y confrontaciones. El invasor suele ser el económicamente más fuerte; el ocupado es más pequeño geográficamente y con menos potencial de ataque; el gobierno del país víctima de ocupación no abre las puertas para que el invasor ingrese, menos aún lo facilita; es inconcebible que lo celebre, como es impensable que pague, voluntariamente, gruesas sumas de dólares por el “servicio de ocupación”. Este es el vergonzoso caso de Venezuela, Chávez y luego Maduro entregaron la soberanía del país en manos de los hermanos Castro y, ahora, en las del triste e indecoroso Miguel Diaz-Canel.
Chávez expresó en 2009. “Fidel me hizo el honor de convertirme en hijo suyo y yo así me siento”. En esa misma oportunidad Fidel le dijo: “Nunca te solicité nada. El apoyo tuyo a Cuba fue espontáneo”.
El régimen cubano ha colonizado a Venezuela, ha corrompido y destruido sus instituciones, ha invadido el cerebro de sus gobernantes, haciendo pobre el país rico, ha tirado por la borda los valores y derechos humanos.
Edwin Santos, joven líder político de la oposición en la parroquia San Camilo del estado Apure, luego de desaparecido, según recientísimo comunicado del régimen, falleció en accidente de tránsito entre el Nula y el Piñal; el no creíble comunicado anuncia una investigación, no del accidente o asesinato, no, sino de quienes denunciaron la desaparición de Edwin y han hecho públicas sus sospechas de que estamos ante otro de los numerosos crímenes del régimen. No es de extrañar la similitud de la muerte de Edwin Santos con la que hace ya 14 años se produjo en el este de Cuba, de la cual fue víctima el líder opositor Oswaldo Payá; es el mismo cuento del accidente de tránsito, son los mismos asesinos, es el G2 cubano que hoy domina el escenario venezolano.
Chávez, el vende patria mayor que entregó la soberanía nacional, exclamó en 2007, Cuba y Venezuela son “una sola Nación” y “en el fondo somos un sólo gobierno”; luego diría, “nuestros pueblos ya son uno solo y nuestras revoluciones ya son una sola”. Lo dijo todo.
Desde inicios de los años dos mil comenzamos a pagar, con muchos dólares, con 5 mil millones al año, el servicio de miles de médicos, enfermeros, maestros, entrenadores deportivos y organizadores comunitarios, que van de Cuba a Venezuela. Sólo en el programa Misión Barrio Adentro, llegamos a tener 31 mil cubanos. Los “médicos” (debe escribirse este vocablo entre comillas) son fuerza de ocupación cubana. Lo dicho sobre los “médicos” puede también afirmarse de los otros “profesionales” (término este que también escribí entre comillas).
No es un secreto la existencia de áreas en la administración de Venezuela que están totalmente controladas por Cuba, áreas críticas como la identificación ciudadana, los registros y notarías, la seguridad pública, la fuerza militar, la industria petrolera, los puertos y aeropuertos, y por supuesto el servicio de Inteligencia.
A partir del 2008, cuando son suscritos numerosos acuerdos de “cooperación” (escríbase cooperación entre comillas) Cuba tiene pleno acceso al control militar, a espiar y vigilar. Surge el Grupo de Cooperación y Enlace, instalado en Fuerte Tiuna, donde está el Ministerio para la Defensa, trabajando en perfecta sintonía con el G2 cubano.
La Corte Penal Internacional conoce de las torturas físicas y psicológicas del régimen criminal de Maduro; la Comisión de Determinación de los Hechos de la ONU llegó a la conclusión de que los torturadores son agentes cubanos.
Las torturas no son el único mal que el régimen cubano ha llevado a Venezuela, también sembró la santería y la brujería, generando una cultura nada sana, siniestra y diabólica, que ha llevado a Maduro y a su camarilla a determinar, que lo único importante es permanecer en el poder al precio que sea. Por eso, luego de las elecciones del 28 de julio, a pesar de la derrota 70 a 30, en pocas horas y sin dar resultados se proclamaron ganadores. Cuba no puede perder el negocio que tiene en Venezuela, tampoco pueden admitir el triunfo del pueblo los otros que se creen condueños de nuestro país, la guerrilla colombiana, el narcotráfico, el Hezbolá, Irán, China y Rusia.
El 28 de julio triunfaron el pueblo, la democracia, Edmundo y María Corina, triunfó el bien sobre el mal; no extraña que transcurrido ya más de tres meses, el régimen siga sin reconocer su derrota y pretenda silenciar y enfriar al pueblo por la vía del terror: decenas de asesinados y desaparecidos, centenares de heridos, miles de privados de libertad, entre ellos niños.
Ponerle punto final a la invasión de Cuba en Venezuela es tarea urgente y de todos, la perniciosa política cubana se ha hecho sentir ya en las Américas con grados distintos de penetración. Es tiempo de reaccionar; se ha dicho, con sobrada razón, que el brutal ataque terrorista a los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, cuando el régimen comunista cubano comenzaba a tragarse a Venezuela y a penetrar en el Continente, no fue debidamente atendido, los Estados Unidos, por supuesto, focalizaba el terrorismo que le había llegado desde más lejos.
Es hora de actuar, lo debemos hacer los venezolanos y los comprometidos con la libertad. Es un imperativo pasar la página de esta historia que nos ha arruinado como pueblo y nos ha humillado como ciudadanos y seres humanos.
La Carta Democrática Interamericana, suscrita en 2001 cuando Cuba comenzaba su invasión a Venezuela, establece que “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”.
¿Para cuándo lo vamos a dejar? Es la hora, comencemos ya.