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La Iglesia: reducto de la conciencia de Venezuela

El reciente Mensaje de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, “Al pueblo de Venezuela con ocasión del bicentenario de la Batalla de Carabobo” (de fecha 23-6-2021), mueve a reflexión, porque no solamente es un profundo y descarnado análisis de la realidad nacional, sino que representa un punto de no retorno en el pensamiento de la Iglesia Venezolana sobre el proceso de disolución de la nación, que se ha venido produciendo durante las últimas dos décadas de desgobierno del chavismo-madurismo.

En fecha en que se conmemora la batalla que le dio la Independencia a nuestra patria, la Iglesia nos convoca a hacer sentir la enseñanza de Pablo (Gal 5, 1-2): “Cristo nos liberó para que seamos libres. Por lo tanto manteneos firmes en esa libertad y no os sometáis otra vez al yugo de la esclavitud”. Ante un Estado bajo un régimen tiránico, que pretende encadenarnos al yugo del control social a través del hambre y del miedo, nosotros como ciudadanos nos rebelamos contra esa nueva esclavitud, la del gobierno de facto contra el pueblo.  La Iglesia nos convoca a actuar con firmeza.

Estamos asistiendo a un verdadero estado de sitio contra todo lo que representa la venezolanidad, presenciamos la vergüenza de transformar el acto del Bicentenario de la Batalla de Carabobo en un sainete de creencias santeras y yorubas, que pretende la adoración de Hugo Chávez como una suerte de enviado sobrenatural para la salvación de Venezuela, cuando en realidad su conducta fue la de un agente del mal, que se aprovechó de la esperanza del pueblo para instigar la división de la nación. A esto se une el cambio de nombre de la autopista Francisco Fajardo en Caracas, cuyo único objetivo es acrecentar la fractura de Venezuela y continuar la distorsión de nuestra historia.

Más allá de toda esa rebuscada perversión, el régimen pretende transformar la celebración de los 300 años de la fundación de la Universidad Central de Venezuela, en un presunto evento de anunciación del paraíso del Socialismo del Siglo XXI, cuando su política de destrucción por diseño de la universidad pública venezolana ha llevado a la ruina a nuestras altas casas de estudio.  El régimen se regocija en inventar mentiras y patrañas sobre nuestras capacidades científicas y tecnológicas. Pero la joya de la corona del Rey Midas al revés -uno que transforma en basura todo lo que toca- es la intención nada disimulada del gobierno de facto de instaurar el infame Estado Comunal, una aberración que pretende suplantar la soberanía popular por una maraña de intereses locales manejados por un Estado todopoderoso.

Contra todo esto nos advierte el Mensaje de la Conferencia Episcopal, al convocar a laicos y pastores, a todos los venezolanos, a reflexionar sobre el significado del aniversario de nuestra batalla final de la Independencia: “Al proponerles realizar una seria revisión de vida en torno a este acontecimiento, invitamos a todos a participar en la hermosa y apasionante tarea de mantener viva la herencia que nos dejaron los padres de la Patria y, así entonces, dar el paso necesario e impostergable de refundar a Venezuela…”. Es clara nuestra Iglesia, convertida en uno de los últimos reductos de nuestra conciencia y venezolanidad.

Desde VenAmérica saludamos, conmovidos y con respeto, el Mensaje de la Conferencia Episcopal, asumimos el compromiso de contribuir a que se haga realidad esa visión de futuro,  refundar a nuestra nación, amenazada hoy de disolución.

Desde Doral, sur de La Florida, Estados Unidos, el lunes 28 de junio de 2021, la Junta Directiva de VenAmérica, Gonzalo Aguerrevere, Eduardo Betancourt, Edda Caputto, Vladimiro Mujica, Nelson Oxford, Iván Ramos y Guillermo Wolf; Alejandro Oropeza, Director Ejecutivo, y

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