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Perdió el fraude, ahora apoyemos la Consulta Popular

Fuerzas de seguridad vigilan un centro de votacion en las «elecciones» para elegir los miembros de la Asamblea Nacional en Caracas-Venezuela, el domingo 6 diciembre 2020. Unas elecciones caracerizadas por el abstencionismo, en la foto se observan custodios y funcionarios pero no votantes. AP/Matias Delacroix

Sí es la respuesta que daremos a las tres preguntas que se nos hacen en la Consulta Popular. Sí, rechazamos el fraude del 6 de diciembre. Sí, exigimos el cese de la usurpación y convocamos a elecciones libres y verificables

Paciano Padrón*
Vicepresidente de VenAmérica

Ganó la abstención, el pueblo que es más sabio que muchos de quienes se dicen ser sus dirigentes, optó por no votar el pasado domingo 6, sabía que estaba ante un grosero y visible fraude, que burla la voluntad de los venezolanos y que solo persigue liquidar la Asamblea Nacional legítimamente electa en diciembre de 2015, para dar aliento al ya más que agotado régimen de Nicolás Maduro. Afianzar el continuismo es lo único que interesa al títere de Cuba y a su pandilla delictual, ya que la calidad de vida de los venezolanos nunca ha sido su propósito.

A pesar de que estaba anunciado -como fue anunciado el fraude de la reelección de Maduro en 2018- este fue mucho más grande de lo que nos habíamos imaginado, ya que la inmensa abstención que supera el 90 % de los electores, obligó a mentir también en cuanto al número de participantes.

Ya Stalin, el dictador comunista soviético había dicho: “los que votan no deciden nada, los que cuentan los votos deciden todo”. Nadie duda, por supuesto, que el equipo de Maduro, que cuenta y multiplica los votos, ha tenido que inventar cifras para hacer creer que los participantes superaron el 30 %, cuando no pasa del 8 %, a pesar de las presiones y de que Diosdado Cabello había sentenciado “quien no vota no come”. La respuesta del pueblo es alentadora, guardó silencio el 6 de diciembre y ahora, a partir del 7 y hasta el 12 de diciembre, alza la voz en la Consulta Popular.

A requerimiento de la sociedad civil, tanto dentro del país como en la diáspora, la Asamblea Nacional legítima convocó a la Consulta Popular que, como se sabe, según el artículo 70 de nuestra Constitución, es un ejercicio de soberanía ciudadana “cuyas decisiones son de carácter vinculante”, entiéndase que obligan a todos, porque es un “medio de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía”.

No obstante la claridad del mandato constitucional, numerosos venezolanos, movidos por la desesperanza, habían dicho que ni votarían en las elecciones fraudulentas del régimen, ni participarían en la Consulta, porque el dictador Maduro no toma en cuenta nuestra opinión, así como nos ignoró en julio de 2017, cuando hicimos algo semejante y no nos escuchó. No nos escuchó, pero nos escuchó la comunidad internacional, la cual comenzó a entender nuestra lucha, y hoy 60 países del mundo rechazan el fraude del 6 de diciembre y nos están escuchando alzar la voz de indignación, con fe en el cambio.

Sí es la respuesta que daremos a las tres preguntas que se nos hacen en la Consulta Popular. Sí, rechazamos el fraude del 6 de diciembre. Sí, exigimos el cese de la usurpación y convocamos a elecciones libres y verificables. Sí, ordenamos adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad.

La gente fue convocada a votar con hambre, con una pobreza extrema creciente que ya supera con creces el 80 % de los nuestros, y después del fraude, si continuamos de brazos cruzados, seguirán el hambre y la corrupción. Levantemos una vez más la voz, que el silencio del domingo 6 de un pueblo que no quiso ser cómplice de un nuevo fraude, se transforme en grito de cambio, que incluya también a quienes no pudieron evadir la presión del régimen y participaron en el fraude, ahora pueden activamente estar en la Consulta y su voz se sumará al coro que desde todo el planeta exige cambio del régimen agotado. Es hora de alzar la voz, alcémosla con fuerza.

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