Venezuela: La crisis se profundiza
Neuro Villalobos*
Desde el punto de vista político han tratado de imponer un modelo fracasado y desfasado en el tiempo, ajeno a nuestra idiosincrasia como nación civilizada, lo cual hizo desaparecer toda disposición al diálogo entre los diversos sectores de la vida nacional.
A veces los tigres de la ira son más necesarios que los caballos de la instrucción. William Blake.
Hace un poco más de catorce años que la denominada Mesa de la Unidad Democrática del Estado Zulia publicó su Manifiesto de Maracaibo, específicamente el 22 de enero del año 2010, donde se denunciaba la terrible situación por la que atravesaba el país, la cual, como es de suponer, ha empeorado desde entonces. Venezuela después de doscientos años de ser un país independiente, viene atravesando por una de las coyunturas más graves de su historia.
El Estado democrático y centralizado de partidos encaminado a sufrir cambios importantes durante la última década del siglo XX ha dado marcha atrás con la conformación de un Estado autoritario, centralizado y populista, con acento marcadamente socialista, impulsado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro y sus bandas de desadaptados sociales muestra cada día mayores deficiencias en todos los órdenes de la vida nacional y en sus relaciones con los demás países del orbe.
Desde el punto de vista político han tratado de imponer un modelo fracasado y desfasado en el tiempo, ajeno a nuestra idiosincrasia como nación civilizada, lo cual hizo desaparecer toda disposición al diálogo entre los diversos sectores de la vida nacional. Un régimen que se ha creído poseedor de la verdad absoluta, ha venido arremetiendo con la violencia de las armas, el destierro y la persecución a quienes no compartimos sus ideas y puntos de vista.
Nos consideran como enemigos a quienes hay que exterminar y no como adversarios políticos con quienes hay que convivir, tratan de revivir la superada noción de lucha de clases marxista. Con esa concepción y ese comportamiento, el régimen irrespeta entre otros, valores esenciales de un Estado democrático y social de derecho, como lo son la vigencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
Desde el punto de vista económico, la pretensión atrasada y contraria a toda lógica de sustituir una economía social de mercado por una economía socialista en contravención a los derechos económicos fundamentales, ha dado como resultado la destrucción del aparato productivo interno de la nación, haciendo nuestra economía más dependiente de un recurso natural no renovable y de las importaciones de todo tipo, lo cual la hecho más vulnerable en un mundo más globalizado y de innovaciones aceleradas.
Todo este cúmulo de errores ha colocado a Venezuela en situación por demás desventajosa debido a que se ha producido un estancamiento de su economía con una inflación incontenible cuyas consecuencias son imprevisibles que la colocan en la lista como uno de los países más pobres en América Latina.
Desde el punto de vista social la situación de los venezolanos es cada vez más precaria. Antes que permitir la creación de puestos de trabajo estables y bien remunerados, el régimen ha pretendido enfrentar la pobreza y la desigual distribución del ingreso, mediante dádivas repartidas a través de las denominadas misiones que no atacan de manera directa y eficiente sus causas básicas: la educación, la salud, la vivienda y los servicios públicos, que son esenciales para mejorar su calidad de vida.
Por último, no por ello menos importante, Venezuela enfrenta una de sus más graves crisis ética y moral. La corrupción y la elevada degradación de sus principios y valores ejercitados con descaro en cualquier nivel de gobierno, así lo señalan. Sin duda alguna podemos afirmar con toda claridad que en Venezuela la crisis se profundiza.
*Director de VenAmérica