«Pasemos de la lamentación a la acción liberadora»
Por Paciano Padrón*
“No nos dejemos robar la esperanza”; todo es posible si renace la confianza en nosotros mismos; ahora es la sociedad civil, los ciudadanos, quienes levantan la voz; es la gente superando a sus líderes.
Hace pocos días, con profunda emoción, leímos la reciente Exhortación Pastoral de la Conferencia Episcopal Venezolana, donde nos solicita que “cada uno se pregunte, qué puedo hacer yo, cuánto más puedo aportar, cuánto y en qué ámbitos puedo pasar del yo al nosotros, elevando y multiplicando el bien que producimos”.
Recuerdan nuestros obispos que la “reconstrucción material, moral y espiritual, económica, política y ético-cultural es deber primario e ineludible de todos. Ella requiere la responsabilidad de cada uno, la convocatoria de las mejores voluntades y talentos, y que las instituciones democráticas recuperen su credibilidad, su capacidad de acción honesta y eficiente”.
Esta exhortación pastoral se produce poco luego de una controvertida y tal vez poco favorable decisión, tomada por la Asamblea Nacional legítima, en una acción que probablemente la hace perder legitimidad, un autogol histórico que desaparece el gobierno interino, sin nada a cambio, aparentemente fortaleciendo la posición del régimen criminal que, justo ahora, cumple 24 años de creciente y constante destrucción de instituciones y empobrecimiento del país. Mientras eso ocurre, el régimen pretende mostrar “burbujas” para las nuevas élites económicas -apuntan los pastores- “como resultado de una suerte de ‘capitalismo socialista salvaje’, que contrasta y resulta ofensiva para quienes, como nuestros educadores, personal de salud, obreros, trabajadores informales y pensionados, intentan subsistir con unos ingresos paupérrimos, y que hace que la brecha de desigualdad entre ricos y pobres sea cada vez más escandalosa”.
El inicio del nuevo año 2023, en medio de la noticia antes mencionada, emanada del Parlamento surgido en 2015, parecía haber hecho sumir en la desesperanza, en la pérdida de fe en el cambio, a muchísima gente, fue entonces cuando los maestros dictaron nuevamente clase, dieron lección de civismo y patriotismo, y tan temprano como el lunes 9 de enero, el día en que debían comenzar las clases, dieron lección magistral tomando las calles del país y levantando su voz de protesta ante la insostenible y hambreadora dictadura, originando una ola de manifestaciones en toda la geografía nacional; es el pueblo despertando. Repiten los obispos venezolanos el lema de la segunda visita de San Juan Pablo Segundo a Venezuela, en 1996, cuando nos dijo “Venezuela despierta y reacciona: ¡Es el momento!”; añaden nuestros pastores: “hoy es el momento de despertar de nuestra postración para despojarnos de todo vestigio de resignación, indiferencia o egoísmo… No seamos masa informe, sino pueblo organizado, políticamente adulto, artífice de institucionalidad que asegura y construye el futuro”.
Desde VenAmérica hemos saludado como oportuna y orientadora esta exhortación pastoral, que hemos dispuesto divulgar ampliamente. Hacemos nuestro el llamado de los pastores de la Iglesia en Venezuela: “En medio de las dramáticas circunstancias del país, nos unimos, una vez más, al clamor de nuestro pueblo y junto al Papa Francisco alzamos nuestras voces para exigir que no haya ‘ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez’… Para ello, no nos quedemos inmóviles, esperando a que las cosas las arreglen otros o mejoren por sí mismas. Tenemos que levantarnos, confiados en la ayuda de Dios, y con valentía arriesgarnos unidos a construir un mejor país”.
Todo es posible si renace la confianza en nosotros mismos; ahora es la sociedad civil, los ciudadanos, quienes levantan la voz; es la gente superando a sus líderes, teniendo claro una consigna que debe ser permanente: “No nos dejemos robar la esperanza”.
*Presidente de VenAmérica