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Un punto de inflexión para la diáspora venezolana

Por Vladimiro Mujica*

Más allá de los muy importantes temas tecnológicos y organizativos, está la trascendencia de una decisión que puede afectar profundamente el curso de la política venezolana

Hace poco más de una semana el Movimiento Ciudadano Venezolanos en el Mundo (MCVM) hizo público un documento que puede marcar un punto de inflexión en la defensa y ejercicio de los derechos ciudadanos de los venezolanos dispersos por el mundo en una variedad de condiciones, que en su gran mayoría se remiten a un origen común: la destrucción por diseño de la nación venezolana por los gobiernos, primero de Chávez y luego de Maduro, que se han convertido en el epítome de régimen autoritario y represivo en una región que cuenta con no pocos ejemplos de malos gobiernos.

Dos circunstancias convergen para motivar la declaración del MCVM: en primer lugar está la convocatoria de la oposición democrática a un proceso de elecciones primarias en 2023 para seleccionar al candidato presidencial para las elecciones constitucionales que deben ser convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para 2024, y, en segundo lugar están las propias elecciones presidenciales de 2024. La combinación de ambos eventos tiene el potencial de convertirse en una poderosa convergencia de acciones y motivaciones para estimular la organización popular y el rescate de la confianza ciudadana en el voto. En el manifiesto se insiste en la importancia de diferenciar estos dos eventos, tanto por sus implicaciones legales como políticas. Mientras que la elección presidencial es un acto previsto en la Constitución y necesariamente bajo la égida del CNE, la primaria es un acto ciudadano de la sociedad civil y los partidos políticos de oposición que puede ser organizada en un ejercicio de autogestión con independencia del CNE. Este ejercicio de organización de la sociedad civil involucra una considerable inversión, que se pretende articular a través de un Fondo de Participación Ciudadana (FPC) y el diseño y puesta en práctica de una Plataforma Tecnológica de Consulta Ciudadana (PTCC). Esta plataforma está concebida no solamente para abrir un camino de participación de la diáspora en las elecciones, primaria y presidencial, sino para convertirse en un mecanismo de consulta de los venezolanos en el mundo sobre temas de interés nacional.

La propuesta de autogestión impulsada por el MCVM se resume en los siguientes puntos:

1) Registro: La Primaria en el exterior debe realizarse sin participación del CNE y sin registro previo; participarían los ciudadanos venezolanos que posean un documento válido de identidad, la cédula o el pasaporte, o en su defecto, un documento válido de identidad emitido por el país receptor que lo identifique como venezolano, independientemente de su status legal en el país de acogida.

2) Votación: La votación se hará con un sistema híbrido, manual y digital, en el cual se verificará la identidad del votante y se expedirá un comprobante de votación. Las estaciones digitales serán ordenadores habilitados a tales efectos, en todas las ciudades y localidades donde habiten venezolanos en el mundo, autorizadas por una Junta Electoral de Primaria para la circunscripción internacional.

3) Base de datos: Los ordenadores para la captura de la voluntad electoral, serían simultáneamente empleados para el levantamiento de una base de datos de los venezolanos en el mundo, que pueda servir como elemento de verificación y validación biométrica para actos futuros.

4) Auditoría: Los ordenadores para la captura de la voluntad electoral estarían conectados en la nube, para permitir la detección inmediata de la eventual duplicación de identidad o voto doble. Si ello no fuese posible, se recurrirá al almacenamiento de la data y posterior auditoría de los resultados.

5) Escrutinio y control: El control y supervisión de todo el acto de votación de la diáspora, así como el escrutinio, sería ejercido por una Junta Electoral de Primaria para la Circunscripción Internacional, conjuntamente con las Juntas Electorales de Primaria de las respectivas circunscripciones nacionales.

Más allá de los muy importantes temas tecnológicos y organizativos, está la trascendencia de una decisión que puede afectar profundamente el curso de la política venezolana no solamente en la diáspora sino en Venezuela. La razón de fondo que sustenta esta expectativa, es que se abre un espacio de control y expresión de la sociedad civil que no pretende reemplazar a los partidos políticos sino al contrario apoyarlo y exigirles el cumplimiento de su responsabilidad en construir una estrategia unitaria y articulada que tenga la fuerza necesaria para enfrentar nacional e internacionalmente al régimen de Nicolás Maduro. El peor escenario para las fuerzas de oposición no es que la primaria fracase, sino que la misma sea un ejercicio débil, con participación menguada, que le proporcione a Maduro un candidato a la medida para legitimarse ante la comunidad internacional. El régimen juega a ese escenario catastrófico que le garantiza su permanencia en el poder, y nosotros deberíamos terminar de entender que en ese juego hay cómplices y jugadores consumados de la maniobra política y de la manipulación de la información en escala nacional e internacional. El contribuir a generar un liderazgo sólido de oposición es uno de los grandes objetivos de la primaria y ello va mucho más allá de la elección de un candidato presidencial. La diáspora puede terminar por convertirse en la voz de quienes no tienen voz en Venezuela y en tener un impacto fundamental que trascienda sus divisiones, temores, frustraciones y carencias y le permita, usando la PTCC y otros mecanismo de acción en los países de acogida, transformarse en un poderoso actor con peso propio en las decisiones fundamentales para impulsar la refundación de Venezuela. Allí está el reto y el punto de inflexión por el cual transitamos.

* Miembro del Comité Ejecutivo del MCVM y Vicepresidente de VenAmérica

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