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La firme convicción

Neuro Villalobos*

La fe en el futuro, pensar en un futuro mejor, nos impulsa a acumular las fuerzas del asidero espiritual necesario para impedir la pérdida de nuestra confianza o restituir la confianza perdida; eso necesitamos los venezolanos

«No puedo enseñar nada a nadie solo puedo hacerles pensar.» Sócrates

Pensar en un futuro seguro es darle un sentido más profundo a nuestra vida, es proponerse lograr un objetivo concreto que puede ser, por ejemplo, restablecer la fortaleza interior para lograr vencer el miedo y los obstáculos y dificultades que impiden el ejercicio pleno de nuestra libertad. La libertad interior dice Víctor Frankl “puede elevar al hombre muy por encima de su destino adverso”.

La fe en el futuro, pensar en un futuro mejor, nos impulsa a acumular las fuerzas del asidero espiritual necesario para impedir la pérdida de nuestra confianza o restituir la confianza perdida para creer que es posible superar la quiebra moral y material del país. Eso necesitamos, de conjunto, los venezolanos.

Nosotros culturalmente aún no hemos vivido, y esperamos no vivir jamás, la neurosis colectiva muy frecuente en aquellos pueblos que han sido sometidos por la insania mental de un Hitler (nazismo), un Mussolini (fascismo), un Stalin, Kim Il Sum o Castro (comunismo), que hicieron experimentar un gran vacío existencial en las sociedades que desgraciadamente dirigieron, donde la prédica oficial repetitiva fue que la felicidad futura y un seguro futuro no es posible sin la existencia del líder.

Debemos tener la firme convicción de que la construcción de un futuro seguro es posible si empezamos desde ahora, aunque tardíamente, a tomar decisiones para cambiar el orden de cosas envejecido e inviable, que nos obstaculiza vivir la vida con dignidad y asumir la orientación de nuestro propio destino con coraje y con talento, venciendo el miedo y la desesperanza.

Un viejo proverbio oriental nos señala que si queremos conocer el pasado miremos el presente que es su consecuencia y si queremos conocer nuestro futuro miremos el presente que es su causa. Es obvio que después de 25 años de destrucción del país, tengamos un presente donde la política se ha degradado y la economía ha sufrido no solo una quiebra material, sino un desbarajuste y destrucción total que hará más difícil asegurar un futuro de bienestar y prosperidad, pero no imposible.

Por eso es una condición necesaria, aunque no suficiente, impedir el avance de esta desquiciante realidad presente para empezar a construir las bases de un mejor futuro sustentado en el esfuerzo creador de los venezolanos.

Recordemos que los países que han logrado su mayor grado de desarrollo son aquellos que han permitido, estimulado y promovido la libre iniciativa privada, que no es otra cosa que el respeto al derecho de propiedad como un derecho consustancial al desenvolvimiento democrático de los pueblos, con libertad.

Querer imponer una propiedad colectiva en las sociedades modernas es no solo una agresión a un derecho humano, sino, además a nuestra condición genética, tal como lo afirmara el Dr. Rubén Jaen Centeno, quien haciendo un juicioso análisis llegó a la conclusión que desde hace muchos años que este proceder de las personas tenía una base genética de acuerdo a las investigaciones y estudios del genoma humano, cuyos resultados explican que también las reacciones en los animales sean muy semejantes.

Si reconocemos con humildad -señala- que somos simplemente primates superiores con capacidad de pensar y razonar, debemos aceptar que hay instintos que la mayoría no puede dominar porque forman parte de nuestra composición genética y el deseo de tener algo propio y su defensa está entre ellos.

*Director de VenAmérica

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