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No esperes el futuro, constrúyelo 

Por Paciano Padrón*

La verdad que hemos enunciado se traduce en que nuestra responsabilidad en el presente, construye futuro.

Siempre ocurrirá cualquier cosa, hay un día tras otro. Si te sientas a esperar el futuro para ver lo que vendrá, llegará algo, siempre acontece algo, pero no necesariamente lo que tú podrías desear. Si tú no haces lo que debes hacer para que ocurran las cosas que permitan alcanzar tus objetivos, indefectiblemente otro u otros lo construirán; seguramente ya no será tu futuro, será el de ellos. Lo dicho es válido para todos nosotros, cara al mañana.

No esperes el futuro, constrúyelo, esto es válido incluso para quien piensa que Dios, nuestro Señor, lo hará todo por él; recordemos la máxima, “a Dios rogando y con el mazo dando”. Está bien, muy bien, confiar en Dios y pedirle tome en sus manos mi camino, pero nada lograré si me quedo echado, esperando a que Él lo haga por mí. Cada uno de nosotros es constructor de su destino, y todos juntos como pueblo, somos los labradores del destino común de la patria.

La verdad que hemos enunciado se traduce en que nuestra responsabilidad en el presente, construye futuro. Hoy, más que nunca, los venezolanos no debemos esperar el futuro sentados, es esta nueva encrucijada confusa, altamente incomprensible, ante la decisión de autodestruir lo construido (aunque estaba lejos de ser perfecto) sin tener nada a cambio, por lo menos nada que sepamos con certeza, si bien lo intuimos con dolor, porque nada sano parece haber tras la reanudación del diálogo en México, a finales de 2022, del que solo quedó triunfo para la dictadura de Maduro, ni en la reciente decisión de la Asamblea Nacional “legítima”, que pareciera dejar solo en el escenario a Maduro, quien a pesar de transitar su momento más complicado, luce triunfador a base de autogoles de sus opositores.

Los venezolanos estamos obligados a reaccionar, la sociedad civil ya no puede seguir esperando y confiando en lo que otros hagan; a los venezolanos en el mundo, en el exterior de nuestro país, nos toca abrir camino y como está dicho “el camino se hace al andar”, cuando se tienen objetivos claros, estrategias coherentes y unidad en la consigna y en la acción.

No debemos rendirnos, está descartado el no podemos, el yo no puedo hacer nada, esto siempre será igual. La desesperanza es el mejor aliado del régimen criminal; cuando no hay esperanza para nosotros, el futuro es del opresor; cuando renace la esperanza, surge la fuerza indispensable para avanzar. Bien se sabe que de las crisis surgen las posibilidades.

Ahora en enero de 2023 se están cumpliendo en Venezuela 24 años del régimen mal llamado socialismo del siglo XXI, un régimen progresivamente nefasto, destructor y criminal, que deja de lado a la sociedad venezolana y al pueblo, por igual al noble pueblo que se declara opositor o se proclama chavista. Después de ya casi un cuarto de siglo de retroceso, no podemos seguir esperando por otros, es tiempo de actuar, es hora de los ciudadanos.

¿En quién confiar en este momento? La sociedad civil, los venezolanos en ejercicio de nuestra soberanía, debemos abrir camino. No llamo a la sustitución de los partidos, ellos tienen un rol importante en la vida pública del país, pero no necesariamente los partidos que se han ganado con sobrada razón -por decir lo menos- la desconfianza de los venezolanos. Abramos camino con humildad, firmeza y unidad, los venezolanos en el mundo debemos cumplir nuestra función consagrada en el artículo 326 constitucional: “La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos…”.

* Presidente de VenAmérica

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