Saltear al contenido principal

Resguardando al Rey

Eduardo Martínez*

Quienes juegan el ajedrez de manera racional y correcta, conocen que hay dos objetivos que debe perseguir el jugador: dar jaque-mate al Rey contrario, y proteger siempre a su propio Rey

Ante los últimos acontecimientos vinieron a mi mente los objetivos fundamentales del juego de ajedrez, sus reglas y sus piezas.

Esa analogía no se me ocurrió a mí solo. Y les confieso que no hay nada más grato cuando un pensamiento, que se tiene en la soledad de los análisis, es compartido telepáticamente con otros analistas.

Aunque a algunos puede parecerles que la coincidencia es inhibitoria de lo que se había pensado escribir, el coincidir más bien refuerza la línea de pensamiento y escritura. Se siente que se abordan las situaciones de la manera correcta. Se siente que no estamos solos.

Eso es reconfortante.

Los conceptos del ajedrez

Quienes juegan el ajedrez de manera racional y correcta, conocen que hay dos objetivos que debe perseguir el jugador: dar jaque-mate al Rey contrario, y proteger siempre a su propio Rey.

De eso se trata el juego

El Rey, es junto con los peones, quienes tienen los movimientos más cortos en el tablero. Mientras los peones solo se pueden desplazar una sola casilla en línea recta; el Rey se puede también desplazar diagonalmente en una sola casilla, en cualquier dirección.

Frente a este movimiento limitado del Rey, la Reina puede desplazarse más de una casilla en cualquier dirección. Teniendo como límites los márgenes del tablero.

Cuando el Rey se encuentra amenazado, que no puede moverse, el jugador que lo defiende debe usar todo su conocimiento y habilidad para protegerlo. En esa protección destaca el llamado enroque, que intercambia -por decirlo así- la posición del Rey con una de sus Torres, que se encuentran en los extremos de la línea que ocupa originalmente el Rey.

Como no están a la misma distancia el Rey de las torres -una está más cerca que la otra- se denominan Enroque Largo y Enroque Corto.

De resto, el Rey solo puede moverse de casilla en casilla, sin saltos ni brincos. Su majestad no se lo permite sobre el Tablero.

La realidad, siempre la realidad

Si buscamos piezas y tableros, encontraremos que generalmente se distinguen por ser unas piezas Blancas y otras Negras. Sin embargo, también existen combinaciones de otros colores, como por ejemplo Negras y Rojas.

En nuestro caso, las piezas son de estos últimos colores: piezas negras y piezas rojas…que casualidad.

La realidad, esa que llamamos nuestra, también se asemeja a un juego de ajedrez, donde las piezas se esparcen sobre un tablero. Y donde un Rey está rodeado en forma terminal bajo la sentencia de Jaque-Mate. Ya no puede mover al Rey, y tampoco puede hacer un enroque.

No fue un Jaque sencillo, cuando el jugador contrario que se le opone lo amenaza, pero que el Rey amenazado tiene todavía alguna jugada para escapar de la condición de Jaque. En este caso, es un Jaque-Mate. El Rey sitiado ya no tiene cómo moverse.

El jugador del Rey bajo Jaque-Mate, ante la imposibilidad de moverse y salvar su Rey, no ha hecho otra cosa que emprenderla contra el jugador contrario, y por eso su amenaza es robar la pieza del Rey. Una jugada fuera de las normas y reglamentos del juego.

Pero siempre el jugador que lleva la delantera, debe proteger a su Rey, debe ponerlo a “buen resguardo”. Es lo que está haciendo. Y la Reina, que puede moverse con comodidad por todo el tablero, se está moviendo.

*Periodista de VenAmérica

Compartir
Volver arriba